,.EDesde La Casa de Los Balcones queremos destacar la labor de todas las personas que han contribuido a la edificación y conservación de nuestra casa, que se sitúa hoy como un referente arquitectónico de Canarias.
Una oportunidad para regresar en el tiempo
«Visitar La Casa de Los Balcones es realizar un viaje al pasado», así describen muchos de nuestros visitantes las emociones que despiertan los antiguos rincones que conforman nuestra casa. Un viaje en el tiempo que nos lleva a su origen, a 1632, año en el que sus amplias paredes comenzaron a guardar todos los recuerdos y secretos que actualmente constituyen la identidad de la casa.
El valor histórico que alberga esta Casa Singular es apreciable desde su fachada, que nos muestra la influencia de los primeros habitantes de las islas después de la conquista. En ella destacan sus elementos principales: un largo balcón de madera, un amplio portón y el reluciente blasón de la familia Fonseca, realizado en piedra tallada.
Una vez entramos podemos observar los oscuros suelos de piedra que definen los distintos caminos de la casa. A la izquierda, tras una pequeña puerta, se encuentra el acceso a la primera planta. Este se realiza a través de una peculiar escalera de caracol y que constituye una puerta hacia otro mundo. Con una geometría compleja, los peldaños nos guían para realizar dos giros de casi 360 grados, que nos transportan a otra dimensión.
Llegados a la primera planta, podemos observar a simple vista cómo la gran protagonista de nuestra arquitectura es la madera. Concretamente la de pino canario, también conocida como madera de tea. La podríamos definir como fuerte, intocable y viva, pues nunca ha sido tratada y entre sus nudos aún rezuma la resina.
Techos de madera
Los techos de madera tallada esbozan distintas formas y patrones. Estos nos hacen recordar a los carpinteros artesanos de la época, quienes realizaron laboriosos trabajos. Que más tarde servirían de inspiración para las figuras geométricas de los calados, realizados por las maestras artesanas de nuestra casa.
La habitaciones dan sentido a la primera planta y nos hacen reflexionar acerca de cómo ha sido cada momento en esta casa. En ellas se desarrollaba la vida de las personas que han formado parte de su historia, y a través de sus puertas hoy podemos imaginarnos y recrear cada instante de felicidad que tan bien se esconden entre estas paredes.
Finalmente, en el corazón del edificio se encuentra el patio, desde el que es posible contemplar los detalles de sus balcones interiores acompañados por el cielo azul de la isla. Su frescor natural nos envuelve en una relajante atmósfera amenizada por el canto de los canarios, mientras disfrutamos de los antiguos aromas y los agradables perfumes de su vegetación.
Sin duda, la arquitectura de nuestra casa es fruto del esfuerzo de quienes durante años trabajaron en ella. Y de quienes la han conservado y han mantenido viva su esencia hasta hoy. Una labor encomiable que nos ha ayudado a seguir ampliando la historia de esta casa, a través de las vivencias de nuestros visitantes.
Y tú… ¿conoces ya La Casa de Los Balcones? ¿A qué esperas?