Antiguo abrevadero

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Un abrevadero es una obra hidráulica específica para que beban los animales de carga o el ganado. Es un pequeño estanque que generalmente va asociado a otras construcciones hidráulicas como acequias, estanques, molinos de agua, etc. En Tenerife también recibe el nombre de dornajo, que según la Real Academia Española significa ‘cuenco redondo con diversos usos, como dar de comer a los animales, lavar, etc.’

Estamos ante unas sencillas construcciones domésticas hidráulicas adosadas a diversos puntos hidráulicos como, minas de agua, fuentes, estanques, acequias… Por
regla general son pequeños recipientes de obra de fábrica de mampostería ordinaria (piedra y argamasa de cal, arena y ripios) o de madera con función de abrevadero. Reciben indistintamente, según zonas y época histórica, los nombres de piletas y dornajos. Seguramente esta tradición arranca de las primeras estrategias hidráulicas indígenas canarias para captar aguas en zonas rocosas y que ha dado la variante toponímica de piletas. Y nuestra geografía aparece dibujada con muchos elementos toponímicos como Degollada de Piletas, Las Piletas… Y es que la sociedad aborigen empleó un sistema de piletas de montañas de varias unidades en distintos planos
unidos por una red de canales, algunos de cuyos conjuntos aparecen imbricados en estaciones arqueológicas relacionadas con cultos mágicos-religiosos. Pero sin descartar esta relación de algunas piletas o cazoletas de montaña con cultos a las divinidades parece muy probable que muchas de estas piletas lo fueran simples estrategias de captación de aguas manantes y pluviales para el ganado y necesidades de la población (González N, 2008) (Navarro M y Hernández M, 2008), como también en algunas islas, caso de La Palma, en fuentes y piletas de montaña aparecen manifestaciones rupestres indígenas (Martín R, 2008).

Historia

Los antiguos canarios construían pequeñas pocetas en barrancos o fuentes naturales denominadas eres. Algunas de estas eres se cavaban al abrigo de un árbol frondoso capaz de captar el agua de los alisios y fijarla en la tierra. Esta costumbre ancestral se mantuvo tanto para captar agua de abasto como para que sirvieran de abrevadero. Posteriormente, con la canalización de las aguas, lo normal era que en su transcurso ésta fuera cumpliendo varias funciones: dar de beber a los animales, lavar la ropa de la población, hacer girar un molino de agua y acabar regando una huerta. Lo habitual es que el sobrante del agua de las fuentes públicas se dirigiese hacia una pileta que sirviese de abrevadero para animales de carga y ganado. Tras apagar la sed de las bestias el agua continuaba corriendo por la acequia probablemente hacia unos lavaderos antes de llegar finalmente hasta un estanque o alberca que almacenaba el agua para el riego de huertas.

 

Construcción

En general, los abrevaderos son unas sencillas construcciones domésticas adosadas a otras construcciones como minas de agua, albercas, fuentes, aljibes, acequias, pozos, etc. En su mayoría son pequeños recipientes de obra de fábrica de mampostería hechas con piedra, argamasa de cal, arena y ripios. Al sur de Tenerife se construyeron abrevaderos con piedra de Chasnia. En islas con gran masa forestal, como Tenerife y La Palma, se hacen abrevaderos con un tronco grueso de madera de pino, denominados también dornajos. El pino se ahuecaba en su interior para almacenar el agua.

Cómo funciona

Son espacios donde el agua corre a la vez que el canal se ensancha para dar espacio a que los animales beban. Especialmente en los cruces de caminos y sitios de paso del ganado, ganaderos y pastores disponen, junto a las acequias normalmente, de abrevaderos para sus animales. Ha sido un punto central en la vida de los pastores y ganaderos que acuden a él para apagar la sed de sus bestias.

 

Fuentes consultadas:

Gobierno de Canarias (s/f) 

Moreno, F. S., Pérez, A. S., & Cerezal, J. C. S. (2013). Arquitectura hidráulica doméstica. In Hidrología y recursos hídricos en islas y terrenos volcánicos: Métodos, Técnicas y Experiencias en las Islas Canarias (pp. 489-497). Colegio de Ingenieros de Montes.

GONZÁLEZ NAVARRO, J. (2008): «El patrimonio hidráulico en la prehistoria de Gran Canaria», en La
cultura del agua en Gran Canaria, Consejería de Obras Públicas y Transportes del Gobierno
de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria, pp.25-34.

HERNÁNDEZ MARTÍN, F.M. (2011): Apuntes sobre el Patrimonio Etnográfico de Tenerife. Asociación
Cultural “Pinolere. Proyecto Cultural”. La Orotava. Tenerife. «Cap. IV. El Patrimonio Hidráulico.
Arquitecturas del Agua”, pp. 72-121».

 

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